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La Distrofia Muscular de Duchenne (DMD) es una enfermedad que afecta principalmente a los músculos, pero sus implicaciones van mucho más allá de lo fÃsico. Vivir con DMD implica enfrentar una serie de desafÃos emocionales y psicológicos que pueden impactar significativamente la calidad de vida tanto del paciente como de su familia.
Recibir un diagnóstico de DMD puede ser un shock emocional para toda la familia. A medida que la enfermedad progresa, los pacientes y sus seres queridos pueden experimentar:
Ansiedad y depresión: La incertidumbre sobre el futuro, las limitaciones fÃsicas y el dolor pueden generar sentimientos de ansiedad y depresión.
Aislamiento social: Las dificultades para realizar actividades cotidianas y las limitaciones fÃsicas pueden llevar al aislamiento social y a la baja autoestima.
Dificultades para adaptarse a los cambios: A medida que la enfermedad avanza, los pacientes y sus familias deben adaptarse a nuevos retos y cambios en su vida.
Estrés y sobrecarga: Cuidar de una persona con DMD puede ser emocional y fÃsicamente agotador para los familiares.
La salud mental es un aspecto fundamental del bienestar general. Para las personas con DMD y sus familias, cuidar la salud mental es tan importante como cuidar la salud fÃsica.
Al abordar tanto los aspectos fÃsicos como los emocionales de esta enfermedad, podemos mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con DMD y sus familias.